Cosmología Maya (2)  

                   Seguimos navegando a través de las páginas de Maya Cosmos y encontramos la descripción de un altar, su formación y sus significados. A ese respecto escribe Freidel: “’Cielo Elevado’, ‘Precioso Primer Arbol’, ‘Arbol Cielo’, ‘Madera Elevada’, ‘Plataforma del Cielo’ -éstas resonancias pueden ser coincidentes pero pensamos que todos son nombres para la misma cosa fundamental-. Los nombres pueden variar en tiempo y lugar, pero el altar de Don Pablo (el shamán) es la presente expresión del centro cósmico del Maya, el eje del mundo (¿el rayo de la creación?), transferido a través de práctica y aprendizaje de chamán a chamán por casi un centenar de generaciones”; y en otro párrafo continua: “David Freidel ha visto este proceso en acción él mismo, comenzando con la primera vez que participó en un ritual con Don Pablo, allá por el año 1986. Para ese ritual, Don Pablo construyó una ka’an’che’ (altar) con seis patas en lugar de cuatro.

                   Esta vez, el número cuatro fue representado por cuatro frondosos arbolitos, en lugar de los usuales seis, arqueándolos hacia arriba de las esquinas del altar a lo más alto de la glorieta. Cuatro robustas ramas de un tipo llamado stab ka’anil, las ‘cuerdas del cielo’, completaron los arcos para formar la ‘plataforma del cielo’. Las palabras para ‘cielo’ ka’an y para el número ‘cuatro’ kan son muy parecidas. En Cholán, ellas son homólogas, y aún más, el glifo para el número ‘cuatro’, ‘cielo’, y ‘culebra’ (todas chan en Cholán o kan en Yucateco) son libremente substituidas una por otra en el sistema de escritura antiguo.              

El diagrama de arriba es un altar como el construido por el Chaman Don Pablo. La vela en el centro de la mesa representa el itz del cielo con el itz de su cera; la plataforma colgante con trece calabacitas representan el agujero (hol) en el cielo; la cruz en el fondo de la mesa es el santo. Plantas de maíz aparecen en la parte inferior de los arcos en las cuatro esquinas. Las figuras de hombres personifican a los dioses de la lluvia (Chack) y los niños están imitando el sonido de las ranas. Debajo del altar hay vasijas con comida ofrecida a los dioses.

                  El Capítulo Dos lo comienza David Freidel con la historia de la Creación en el Popol Vuh, el gran mito del génesis de los K’iche’ Mayas de Guatemala. Y nos dice: Nosotros usamos la ciencia y sus herramientas para tratar de entender nuestro mundo, nuestra naturaleza como seres vivientes y optimísticamente predecir las oportunidades que el futuro obrará, en la forma que anticipamos será lo mejor para nosotros, colectiva e individualmente. El mito Maya de la Creación no es diferente, si dicho por los K’iche’ en la forma que lo hicieron en el siglo XVI o en la versión inscrita en los siglos sexto, séptimo y octavo en los monumentos de piedra en las ruinas de las capitales reales de la tierra baja. El mito de la Creación,  los símbolos que lo expresan, y los rituales que lo celebraron,  fueron las herramientas que los Mayas usaron para investigar las mismas preguntas.