POSIBILIDAD DE LO IMPOSIBLE  (16) 

               Otra inscripción aparentemente numérica fue encontrada sobre una roca en el fondo del río Hueyapán. La inscripción se compone de tres signos sobrepuestos que son, de arriba a abajo: un disco, una barra horizontal y una segunda barra horizontal, cuya parte inferior lleva, en el centro un apéndice rectangular con una X. Ningún otro glifo, ninguna iconografía acompaña a estos tres signos.

                De acuerdo al sistema arriba mencionado, en la segunda barra, precisamente en el apéndice rectangular, hay una cruz Olmeca enmarcada. Esto le daría un valor 1000, pero eso no resuelve completamente el problema si se interpreta como 1006, ya que el primer signo, no es un punto, sino una esfera. Yo teorizo, que siguiendo el mismo sistema de enmarcar las cruces, si se hiciera lo mismo con los puntos, o sea, enmarcarlo con un círculo, que correspondería con la figura de una esfera y asumiendo que esto fuera correcto, tendríamos un valor de 10. Hasta aquí no tengo problema, pero la barra bajo diez, representaría una vez más su valor, o sea 20. Pero al incluirse el signo X rectangular, correspondiente a mil, no tiene lógica usar el sistema en unas partes si, y en otras no y  no utilizar también la X para representar 10. Yo siempre he tenido la idea que este grabado representa un número de años que los Olmecas aparentemente  recordaban en estelas y que corresponde aproximadamente con su antigüedad estimada. Me acerco, pero todavía me quedo lejos. Otra posibilidad con más lógica es que la esfera sea un glifo para indicar a que se refiere la cifra, que dada su forma, podría ser la tierra y a su vez las veces que da la vuelta alrededor del sol, o sea, en períodos de años, con lo que obtendríamos:

                            esfera = años >    barra = 100 >   barra rectangular = 1000 > =  l,l00 años

                Esta interpretación, basado en que los años fueran años transcurridos, ¿serían  l,l00 desde  el evento que marca el inicio del calendario maya? En ese caso daría una fecha de 2,000 años a.C., lo cual representa una fecha aproximadamente anterior a la ocupación de San Lorenzo.

                El luchador descubierto en 1933 en Uxpanapa, es una de las obras más célebres de la estatuaria Olmeca. Se trata de un retrato realista: el personaje usa barba y bigote: en cambio tiene el cráneo rasurado y solo lleva un simple taparrabos. Los ojos como almendras, con párpados bien marcados, siguen el canon Olmeca, pero la nariz es recta y la boca fina. Este es un retrato del hombre actual, de los que se denomina de la “raza blanca” o “caucásica”. Ya hemos visto en el Monumento 77, que está representando a un hombre contemporáneo; que se asocia con cultura, en aquel caso las matemáticas y en este caso, quizás los deportes, que ha sido y es una parte muy importante de toda cultura. Quizás esta fue la primera representación del atleta Olímpico, más tarde instituido por los griegos.

                El Señor de las Limas, más estilizado, de conformidad con la tradición Olmeca, es de una fuerza asombrosa pese a sus dimensiones modestas. Tallada y cincelada en un solo bloque de piedra, la pieza es doble: un personaje sentado, con las piernas cruzadas, sostiene sobre sus antebrazos un “bebe” extendido. El  hombre está representado de manera realista; su nariz es ligeramente curva, sus labios llenos. El niño es un bebe humano-felino, típicamente Olmeca con su nariz corta y su boca de jaguar. Esta es otra de las escenas tantas veces representada en la cara anterior de los “altares”, pero, el bebe tiene algo diferente. Los rasgos del bebe se pueden distinguir claramente así como los tatuajes finamente tallados. El bebe tiene la frente marcada por una profunda indentación en forma de V, igual que la del hombre, esto representado en mucha figuras Olmecas. Pero más significativo aún, en el pecho y sobre el vientre lleva la Cruz de San Andrés (o cruz Olmeca) de bandas cruzadas. Aquí tenemos de nuevo una representación que puede interpretarse numérica. De acuerdo a la interpretación del Monumento 77, representaría 1100. La indentación en forma de V, pudiera tener el significado de un momento preciso, de algo que hubiera ocurrido como por ejemplo una guerra, que ocasionó el desastre y abandono de Tres Zapotes, en la que pudo haber perecido el “bebe”. La indentación en forma de V en los cascos, pudiera servir para identificar a los gobernantes después de ese momento.