Los Olmecas (13)  

                 Características del arte de La Venta son los altares, las estelas y las cabezas colosales.

                 El termino “altar” sin duda se emplea mal aquí: no hay ninguna indicación de que se haya efectuado un rito cualquiera en la superficie superior de esos monolitos. Sea lo que fuere, de los siete “altares” descubiertos en La Venta, cinco muestran en una de sus superficies, que podemos considerar como la anterior, un nicho del que surge un personaje;  en dos casos (altares 2 y 5), ese personaje lleva en los brazos un “bebe”. La figura principal del Altar 4 se encuentra acurrucada en un nicho, rematado por las fauces estilizadas del jaguar. Tiene en las manos una cuerda atada al puño de otro personaje, representado en bajorrelieve, en la superficie derecha del monumento.

                 El Altar 3 está muy dañado. Sin embargo, puede distinguirse en la cara anterior un nicho del que se destaca un personaje esculpido casi en altorrelieve. Dos figuras sentadas y una de pie aparecen en las superficies laterales; uno de los hombres sentados tiene una larga barba puntiaguda.

                 El motivo de los “bebes” alcanza su desarrollo máximo, como hemos dicho antes, en el Altar 5, en que se encuentran representados cinco niños pequeños, uno de ellos extendido en los brazos del personaje principal y otros cuatro que parecen debatirse en los brazos de cuatro adultos, en las superficies laterales.

                 En la medida en que lo permite la erosión sufrida por esas esculturas, se discierne en ellas una multitud de detalles característicos: peinados elaborados, mitras, sombreros, cinturones, faldas y taparrabos; aretes, collares pectorales. También se puede distinguir el tipo físico “olmeca” más común y ciertos personajes de nariz convexa y labios delgados.

                 De las cinco estelas de La Venta, la primera en ser descubierta por Blom y La Farge (Estela 1) es un monolito de basalto de 2.50 metros de altura. Un personaje de pie, visto de frente, en una actitud rígida, se levanta en un nicho. Está tocado con una especie de casco redondo, decorado al frente con un medallón;  lleva aretes y una falda plegada que le cubre desde la cintura hasta las rodillas. El borde superior del nicho, muy desgastado, se parece a la máscara estilizada del jaguar que remata el nicho del Altar 4. Esta estela da una impresión de relativo “primitivismo”: rigidez del personaje simplicidad de los vestidos, ausencia de otros elementos iconográficos.

                 Muy diferente aparece la Estela 2, encontrada en el Complejo C al sur de la seudopirámide. Allí, un personaje central se destaca en altorrelieve, teniendo oblicuamente ante su torso un objeto (¿hacha?) de mango bastante largo. Su cabeza está tocada con un extravagante sombrero en tres partes. El  rostro “Olmeca”, con sus ojos en forma de almendra, su nariz ancha, sus mejillas llenas, su boca ancha, está dotado de una barba... que bien podría ser postiza. El cuerpo es rollizo. En torno de él  hay otras seis formas humanas más pequeñas, en bajorrelieve , blandiendo objetos indeterminados. Están enmascarados, llevan ornamento de cabeza, taparrabos y mantos flotantes.

                 La Estela 3 no es menos elaborada: es la que describe el encuentro, la conversación entre un personaje de tipo Olmeca y el “Tío Sam”. También en ella podemos observar seis figuras más pequeñas, que parecen volar en torno de los dos personajes principales. Las otras estelas están tan desgastadas que es imposible precisar algún detalle.