Los Olmecas  

                  La civilización Olmeca era desconocida para mi y la “descubrí” al tomar durante el primer semestre del año escolar 1994-95, varias asignaturas sobre la cultura Maya en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Busqué alguna bibliografía y fue como abrir la “caja de pandora”. Había una gran civilización que había logrado su apogeo varios siglos antes del comienzo del desarrollo de la cultura Maya y que se conocía muy poco de ella. Al adentrarme más en el conocimiento de esa civilización, se convirtió en algo sumamente interesante y en Junio de 1995 me fui a Villahermosa por dos semanas a profundizar en mis investigaciones. La visita al Museo de la Venta fue como llegar a la “tierra prometida”. Descubrí muchas cosas que tenían coherencia con mis ideas sobre el origen del hombre. Estudié detenidamente algunas de sus estatuas que me llamaron poderosamente la atención. Estudié la bibliografía disponible en la Biblioteca y examiné las piezas en exposición en el Museo de Historia Regional de Antropología. Mientras más me documentaba y más observaba, los Olmecas resultaban más interesantes.

 

                A mi regreso, después de repasar mis notas y poner en orden y observar detenidamente las fotografías obtenidas en el Museo de La Venta, esto me lleva a decidir visitar de nuevo Villahermosa para profundizar más en mis investigaciones. Antes de volver a la Universidad (UADY) para continuar mis estudios durante el año escolar 1995-96, estaba seguro que en la civilización Olmeca estaban las respuestas a las preguntas que por largo tiempo me había formulado. Tomo solamente el mes de Julio de vacaciones, cuando viajo a Miami, compro el libro Maya Cosmo para mí, y paso la mayor parte del mes de Agosto en Villahermosa, haciendo un estudio más profundo. Colecto una gran información bibliográfica y observo más detenidamente los monumentos del Museo de La Venta, ahora dentro del contexto de ser la civilización Olmeca el centro de la Creación. Los requerimientos de los cursos que tomo en el año escolar 1995-96, no me dejan mucho tiempo para profundizar en los aspectos teóricos del tema, pero poco a poco va formándose en mi mente un cuadro, donde voy colocando pequeñas piezas, que van dando lugar a un panorama más claro.

 

                En 1996, al finalizar el curso, en mi mente estaba toda la secuencia que presento en este trabajo, pero no quería escribir nada sin tener confirmación a mis teorías. Eso me ha llevado, por los tres últimos años, a dedicarme a colectar más información que han fortalecido mis ideas.