Los Olmecas (9)  

3. EL CORAZON DEL MUNDO OLMECA

        No pocas obras maestras de la estatuaria o de la cinceladura de los primeros hombres civilizados de México ciertamente se encuentran hundidas bajo la vegetación y en la tierra de la zona “metropolitana”. La Venta, situada -en el límite oriental de esta zona-, ha sido el primer gran sitio estudiado científica aunque incompletamente. Su nombre se asocia, más que ningún otro, a la civilización Olmeca. Su principal monumento es único en México. Es allí donde la civilización de los Olmecas se nos revela con toda sus fascinante originalidad.

         La isla de La Venta, rodeada de marismas, presenta una forma oval alargada: tiene aproximadamente 4.5 kilómetros de longitud, según un eje norte-sur, una anchura media de 1,200 metros con un máximo de cerca de dos kilómetros. Su superficie está tachonada de túmulos, agrupados de tal manera que forman conjuntos o “complejos” que los arqueólogos han designado por letras: Complejo A, Complejo B, etc.; el más reciente catalogado se llama Complejo Stirling. Desde 1925, cuando el viaje de exploración de Blon y de la Farge, el monumento que con su masa domina todo el sitio había sido llamado “pirámide”. Los planos y esquemas publicados hasta fecha reciente, muestran ese monumento como una pirámide “clásica”, de base cuadrangular y cima aplanada. En realidad, la cubría tal espesor de selva que nadie había podido discernir su forma hasta que se efectuó el desmonte completo de esta estructura en 1968. 

          

        Viose entonces que la pretendida “pirámide” era como un puntiagudo, sin plataforma en la cumbre, sin escalera ni rampa, con diez profundos surcos separados por nervaduras salientes.  Este extraño monumento tiene 34 metros de altura y 140 metros de diámetro; su masa se calcula en 99,000 metros cúbicos. Se trata, por tanto, de una construcción relativamente pequeña comparada, por ejemplo con la pirámide del Sol de Teotihuacán (840,000 metros cúbicos) o de la Luna en el mismo lugar (210,000 metros cúbicos).

                No habiéndose practicado ninguna excavación de esta “pirámide” (se ha establecido la costumbre de conservarle el nombre), nos es imposible decir actualmente si contiene estructuras anteriores o tumbas. En todo caso, se trata de un vasto túmulo de tierra apisonada y de arcilla, que reposa, en parte, sobre una gran plataforma de base.