Cosmología Maya (3)
Freidel
también nos cuenta que ellos habían estado estudiando esos antiguos
registros de la Creación por varios años y pensaban que entendían lo
que ellos decían acerca de los eventos con que comenzó el mundo. Pero
que equivocados estaban, admite. En Noviembre 1991, una serie de
acontecimientos comenzaron, que retiraron el velo que había escondido un
realmente estupendo y magnificente entendimiento del cosmos. Para los
antiguos Mayas, la Creación era el corazón de todo lo que ellos
representaron en su arte y arquitectura.
Esas
nuevas perspectivas sobre la mitología Maya de la Creación, vino en los
momentos finales de estar escribiendo el libro Maya Cosmos, dice Freidel,
no obstante, ellas crecieron de los patrones que habían encontrado y las
interpretaciones que habían evolucionado durante los estudios anteriores
que habían hecho. Ellos conocían, por ejemplo, que importantes textos de
la Creación fueron encontrados en varios sitios Maya. Ellos han escrito
acerca de lo más importante de esos textos. Ellos habían asociado imágenes
encontradas en vasos y platos de sacrificio, y habían sintetizado una
cantidad de historias de la Creación del período Clásico, para servir
como base sobre la dedicación del ritual. Esa información les dio los
principales actores de la Creación, la fecha de los eventos y los
contextos de su mitología. Por ejemplo el Popol Vuh les dijo que el mundo
había sido creado, destruido y recreado, por lo menos tres veces antes de
la presente Creación, en la cual ahora vivimos. En ambas, el K’iche’
y la versión de la historia del período Clásico, importantes
protagonistas fueron Creadores masculinos y femeninos nacidos justamente
antes de la nueva Creación. En el Popol Vuh ellos fueron llamados
Xpiyakok y Xmukane. Como nosotros, escribe Freidel, todavía no sabemos
como leer el nombre de la diosa madre del período Clásico, la llamaremos
Primera Madre.
Ellos
también habían supuesto que los antiguos consideraban el día de esta
Creación, el mundo de los seres humanos, como un extraordinario punto en
los ciclos del tiempo. En tres maravillosos textos en el sitio de Koba,
escribanos lo registraron como uno de los más largos números finitos que
los humanos hayan escrito. De acuerdo a esas inscripciones, nuestro mundo
fue creado el día 4 Ahaw 8 K’umk’u. En ese día todos los ciclos del
calendario Maya por encima de veinte años, fueron puestos en trece, esto
es, los ciclos de 400 años, 8,000 años, 160,000 años, 32,000,000 años,
etc. hasta un número de ciclos, que en nuestro calendario corresponde con
Agosto 13 del año 3114 a.C. (Septiembre 20 del año 3113 a.C. en el
calendario Juliano). Si volviéramos a la fecha de la Creación con sus
veinte ciclos comenzando en trece, cambiar de trece a uno, tomaría
41,943,040,000,000,000,000,000,000,000 tuns, o sea, años de 360 días.
En los textos Clásicos,
así como en el Popol Vuh, la Creación no es el trabajo de un solitario
ser, sino un gran esfuerzo originado por varios seres, que planean,
discuten y actúan conjuntamente (esto recuerda la “ofrenda” de las
diez y seis estatuillas Olmecas enterradas en La Venta). Esta filosofía
es todavía una importante parte de la vida comunitaria Maya. El trabajo
especial del shamán en el ritual Maya contemporáneo, es siempre hecho
dentro de un marco de soporte
y participación de un grupo.[6]
Los escribanos de la capital real de Palenque tallaron su propia versión de la Creación en las Tabletas de la Cruz. Esta inscripción, conjuntamente con las inscripciones de los Templos de la Cruz adornada con follaje y del Sol, están entre los más importantes textos sobrevivientes del período Clásico. No solamente esos textos proveen detalles vitales de la historia de la Creación que no fueron registrados en los registros públicos de otros reinados, sino que son paralelos al Popol Vuh en su incorporación de la historia de la Creación dentro de la constitución política de un estado Maya. |