Los Olmecas (20) 4.
LA EXPANSION OLMECA HACIA EL ALTIPLANO CENTRAL DE MEXICO.
Las tierras altas, a una
altitud media de los valles de México, de Puebla y de Toluca, desde los
comienzos de nuestra era hasta la conquista de México por españoles, han
sido zonas de civilización desarrollada. Su historia está marcada por
los nombres prestigiosos de Teotihuacán, de Tula, de Cholula, de México
Tenochtitlán. Durante milenio y medio, no dejaron de ser hogar de altas
culturas que más de una vez extendieron su influencia y aún su poder
hasta Yucatán y Guatemala. Sin embargo, en la época muy antigua en que
floreció la civilización Olmeca de Veracruz y Tabasco, entre 1500 y 400
antes de la era cristiana, aquellas regiones permanecieron marginadas. La
agricultura del maíz se implantó allí a partir de 3500 a.C.
aproximadamente, cuando los campesinos indios, ya sedentarios, vivieron
agrupados en aldeas, dedicados a moldear la arcilla y a tejer las fibras
que proporcionaba el agave.
Para los Olmecas, las tierras altas eran un mundo físico y humano
ajeno, con su clima seco y fresco, su atmósfera tenue, sus volcanes
coronados de hielo y sus pueblos primitivos. Al dedicarse a la busca de
piedras raras, abriendo camino al comercio, los Olmecas entraban en
contacto con sociedades mucho más rudimentarias que la suya.
En los siguientes capítulos de su libro, Jacques Soustelle expone,
con lujo de detalles, la expansión y
desarrollo de la cultura Olmeca por distintas regiones de México,
agrupando esa información bajo los siguientes títulos:
III. La expansión Olmeca hacia el altiplano.
IV.
Rocas esculpidas y cavernas pintadas. La expansión hacia el Pacífico.
V.
La expansión Olmeca: los valles de Oaxaca.
VI.
La expansión Olmeca: El sudeste de México y la América Central.
VII.
¿Un “imperio Olmeca”?
VIII.
Algunos rasgos de la vida Olmeca IX. El tiempo, los dioses, simbolismo, escritura. |